Nana del Riego: “Adoro ser yo y ser muchas simultáneamente”

¿Cómo llegaste al autorretrato?
“Empecé a trabajar con el autorretrato muy joven, estaba apenas cursando el segundo año de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro y se inauguraba la Oncena Bienal de La Habana. Allí presenté mi primer proyecto fotográfico y fue la primera vez que trabajé el autorretrato. Fue un proceso muy intimidante; llevaba apenas un año estudiando arte y no tenía idea de lo que significaba exponer obra dentro del marco de un evento tan prestigioso.”

¿Qué fue lo que te impulsó a ello?
“Si te dijera que la decisión de usar mi propia imagen fue premeditada, estaría mintiendo. Fue, desde el desconocimiento y la inocencia de esos tiempos, una decisión totalmente orgánica. Mi cuerpo me pidió usar el autorretrato como vehículo para hablar de todo cuánto quería transmitir, así lo sentí. Entonces comencé una profunda investigación que continua hasta el día de hoy, y que se ha ido enriqueciendo y diversificando sobre el trabajo con el cuerpo, la construcción de la imagen, estereotipos, arquetipos etc.”

¿Se puede decir que lo practicas más por preferencia que necesidad?
“Aunque utilizo en ocasiones a otras modelos, el autorretrato es un pilar fundamental en mi creación artística y es al mismo tiempo preferencia y necesidad. Es un proceso introspectivo maravilloso, adoro ser yo y ser muchas simultáneamente. Me ha hecho reflexionar sobre la aceptación de la imagen propia.”

¿Cuál dirías que es el aspecto más difícil a la hora de hacer la foto?
“Yo realizo todo el maquillaje, construcción de escenarios, ambientación, estilismo etc. Lo más difícil es la falta de control sobre el proceso de la foto y la perfección que uno busca en cuanto a luces, ángulos y encuadres. Eso siempre me deja inconformidades que bien pueden derivar en maravillosos azares, y que me hacen crecer cómo creativa para buscar maneras de solucionarlo. Diría que siempre esos momentos de error han enriquecido mis obras.”

¿Qué tanto preparas la foto y qué tanto margen dejas a tu propia espontaneidad?
“Normalmente paso bastante tiempo pensando y planificando los retratos, hago bocetos y busco los elementos que necesito, pero siempre dejo un margen a la espontaneidad. Hay muchas cosas que funcionan sobre papel que no funcionan en físico, y la experiencia me ha enseñado a aceptar eso. Al principio me daba muchísima ansiedad, pero he aprendido a verlo cómo algo beneficioso. Ese margen deja un espacio abierto a que surjan cosas que ni hubiese imaginado. Para mí esos accidentes o procesos espontáneos son lo mejor del proceso de creación.”
