Un fotógrafo documental en el Saratoga
«El pasado viernes estaba en Centro Habana, andaba con mi cámara al hombro como siempre, y escuché una explosión bastante extraña, luego me llamó mi mujer y me dijo lo que había sucedido.
Enseguida me dirigí hacia el lugar de los hechos, llegué bastante rápido ya que me encontraba cerca. Estaba muy nervioso, había un montón de gente corriendo por todas partes y mucha incertidumbre; no se sabía si era una bomba y todo el mundo tenía una hipótesis en ese momento, pero yo estaba convencido de que nadie sabía nada con certeza. En un principio fue un poco más fácil hacer fotos porque todavía había caos, a medida que fue pasando el tiempo la policía fue invitando a la gente a salir del lugar, después pusieron un cordón policial y después vallas. Yo sabía que el tiempo era algo que iba en mi contra para hacer fotos con más cercanía.
Estaba haciendo mi trabajo, que no es otro que dejar constancia de lo que ocurre y de cómo se sienten las personas. Siempre trato de ser respetuoso y lo más profesional posible, si puedo hablo con la gente y hago contacto con ellos para que me expliquen y me den sus opiniones, no voy simplemente a tomar la fotografía.
Me llamó la atención que todos estaban captando imágenes de lo mismo: el hotel derrumbado. Entonces quise captar lo que estaba pasando alrededor en vez del edificio en sí, y empecé a hacerle fotos a la gente.»




