11J: Más manifestante que fotógrafo
Hoy se cumple el primer aniversario de las Protestas del 11J, las mayores en décadas en Cuba y que dejaran un saldo de más de mil detenidos, algunos de ellos por registrar lo que sucedía, ya fuera con su cámara o con su teléfono móvil. Hoy POB Magazine conversa en calidad de anonimato con uno de los fotógrafos que fue partícipe de estos sucesos.
¿Cómo fue que te enteraste de las protestas?
“Yo ese día estaba teniendo una reunión de trabajo en la mañana, cuando me llama un amigo al móvil y me dice «oye papa se tiraron en San Antonio una pila de gente». En ese momento no le di importancia, y pensé que ya me enteraría después por los videos que circulen. Pero al rato llego a mi casa y veo en las redes en vivo a la gente protestando en masa en Malecón y Galiano. Al instante agarré mi cámara, me monté en la bicicleta y arranqué para allá.”
¿Qué te encontraste al llegar?
“Lo nunca visto, una manifestación masiva contra el gobierno, parecía que ese día se caía esto. Cuando salí estaba totalmente escéptico, ni por un segundo me imaginé que lo que me iba encontrar sería de tal magnitud, porque todos tenemos ese pensamiento muy arraigado de que en Cuba nunca pasa nada ni va a pasar. Pero yo soy fotógrafo y sentí que era mi deber profesional registrar lo que sea que fuera a suceder, y en segundo lugar yo también quería y quiero un cambio para Cuba.”
“Entonces andaba con la bicicleta en una mano y la cámara en la otra, y por suerte en los primeros minutos me encontré con un amigo. Se me abrieron las puertas del cielo cuando lo vi porque le solté la bicicleta y pude empezar a filmar y a tirar fotos. Tenía un 18-155mm y un 70-300mm pero solo usé el primero; en medio de todo aquello no me atreví a cambiar el lente. Cómo tenía que estar muy atento a mi alrededor, la situación era un tanto caótica y además el sol iba y venía, opté por trabajar en automático.”
¿Cómo te sentiste en aquel momento?
“Bueno un pensamiento generalizado, y que mucha gente repetía allí en voz alta, era que «sucedió lo imposible», lo que todos daban por hecho que nunca iba a suceder sucedió. Por lo menos yo, sentí una conexión muy especial con todas las personas que estaban allí, esas personas que tuvieron el valor para salir, que sienten lo mismo que tú, igual de asustados pero con la misma disposición. Las Protestas del 11J me regresaron por unos días esa fe que tanto se ha perdido aquí. Me identifiqué mucho con un post de una muchacha que decía que aunque sea por unas horas sentimos que éramos libres.”
¿No sentiste miedo?
“El miedo está ahí pero está opacado por todo lo demás que estás sintiendo, la euforia y la alegría por lo que estaba pasando. Miedo de verdad vine a sentir en los días posteriores que pensé que iban a venir a sacarme de mi casa por la madrugada, como le pasó a mucha gente. Miedo pero sobre todo mucho odio, cuando vi los videos de los lugares donde la represión había sido mucho peor.”
“Yo en aquel momento era más manifestante que fotógrafo, que fue una de las razones por la que mis fotos no fueron nada buenas, porque estaba más enfocado en protestar. Pero al menos tengo la satisfacción de que pude captar que éramos miles y salimos de forma pacífica. Encuadraba al mismo tiempo que gritaba «Patria y Vida» o «Libertad». La otra razón se pudiera decir que fue el miedo a que algún oficial me tomara desprevenido y agarrara, o me quitara o rompiera la cámara, por lo que la tuve más tiempo en la mochila que en las manos. Allí de la nada salía un agente vestido de civil y te agarraba por el cuello.”
¿Llegaste a sufrir alguna agresión?
“Ninguna por suerte. A veces no me creo que haya salido ileso y libre de ese día. Lo único que me pasó en ese sentido fue que un policía lanzó un spray pimienta cómo a veinte metros de mí, solo me cayó un poco en los ojos pero me quedé ciego por unos diez segundos, tosiendo por unos minutos y con deseos de vomitar por varias horas.”
Dices que tuviste la cámara más tiempo en la mochila que en las manos ¿Alguna foto que te hubiese gustado hacer?
“Muchas me hubiera gustado hacer y no hice, me avergüenza un poco que en mi afán por protegerme no capté la represión pura y dura. Aparte de eso, hay una imagen que se me fijó más que ninguna otra, y es la de los policías desmoralizados, con una vergüenza evidente por lo que estaban haciendo. La manifestación en plena ebullición y vi a más de uno sentado en el contén con la mano en la cabeza y lágrimas en la cara. Hubiese sido una foto genial, un recordatorio de que ellos también son humanos, pero no me atreví en ese momento a ponerle un lente en la cara a un policía, porque además, con tanta gente en el lugar, para hacer esa foto hubiese tenido que acercarme a par de metros por lo menos.”